JOYERÍA, PENDIENTES, Tallado, TRABAJO

Día 00073. Tallando Cubanas.

Durante una gran parte de mi vida, mi trabajo ha sido el de Tallador de Joyería. Era un trabajo que me encantaba ya que ha sido la actividad que más se ha parecido a dibujar que me ha reportado un beneficio económico. Este trabajo consistía en con un motor de mano (algo parecido a un lápiz) y un diamante (algo parecido a la punta del lápiz) realizar dibujos en las piezas de joyería. Rombos, hojas, ramas, marcar los bordes… Desgraciadamente, hace unos años y de un día para otro, esta faceta del oficio se extinguió casi por completo. Yo lo achaco principalmente a las modas y a la crisis. Por un lado se han ido instaurando nuevas tendencias más minimalistas y superficies lisas dejando a un lado labrados y todo tipo de dibujo más sofisticado y por otro la crisis que hace que también valga lo que he mencionado anteriormente a lo que hay que sumarle el encarecimiento del metal (unos 40 € de media el gramo de oro de 24 quilates) haciendo que los diseñadores y fabricantes opten por piezas menos pesadas en las que no hay espacio para tallar. Pese a esto muy de vez en cuando y como satisfacción personal para no perder la costumbre, tallo pequeñas piezas. Aquí podéis observar unos pendientes clásicos modelo cubanas. Lo ideal para este modelo es matizar o arenar la superficie convirtiéndola en mate y eliminado así el brillo para que resalte la talla. En este caso y por exigencias de minimizar trabajo por parte de un familiar que esporadicamente me hace pequeños encargos, no ha sido así por lo que consecuentemente no se aprecian las tallas en todo su esplendor. Las tallas son esas pequeñas pipas que hay en los bordes. También hubiera quedado mucho mejor tallando los travesaños pero bueno, lo dicho, se tiende a minimizar. Una verdadera lastima.

Pendientes modelo cubanas antes de tallar.

Pendientes modelo cubanas ya tallados.
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